Laguna Las Haycas. San Juan.

Despertamos la mañana del 24 de abril en el hospedaje Don Antonio, en Guandacol, La Rioja.

Tomamos unos mates mientras terminamos de cargar las camionetas y antes de las 10.30h estuvimos en marcha para intentar nuestro tercer objetivo del viaje, la laguna Las Huaycas, en San Juan.

Primero pasamos por el hospital zonal para que le dieran el ok a Guille y Marce, que habían sufrido las consecuencias del ataque de los jejenes de un par de días atrás.

Luego, por la ruta minera que sale al norte, avanzamos a buen ritmo pasando por el puesto Los Nacimientos, Pampa de los Avestruces, Quebrada del Leoncito y a poco de dejar atrás la Salina del Leoncito, salimos de la ruta minera para internarnos al norte hacia el Portezuelo de Los Sapitos, a unos 3800 mt de altura, y seguimos así al norte hasta buscar la bajada al Río Blanco desde los Llanos de Pastos Largos.

Claro que a sabiendas de los vientos cordilleranos y teniendo unos cuantos kilos de asado para hacer encima, decidimos hacer una parada en el puesto de Salinas del Leoncito.

Ahora si, con todo puesto a la parrilla, solo quedaba disfrutar de la mano de asador de Guille.

Y por suerte, mientras picábamos una entradita, no se hizo esperar demasiado.

Y podemos dar fe de lo rico que estaba!.
Y podemos dar fe de lo rico que estaba!.

Levantamos el almuerzo y encaramos para el Portezuelo de los Sapitos y desde los Llanos de Pastos Largos, bajamos al río Blanco.

De pasada, Jorge y Guille levantas coirones secos para la fogata nocturna.

Por fin terminamos de armar el campamento. Con el avance de la tarde fue creciendo el viento, y para la llegada de la noche, era bastante considerable, tuvimos que atar muy bien los gazebos porque parecía que saldrían volando en cualquier momento.

Cenamos algo caliente y salimos a prender la fogata antes de irnos a dormir.

La noche se hizo interminable, para aquellos que creíamos que el viento pararía cerca de las 2.00 am, nos tuvimos que desilusionar in situ.

Sopló hasta la mañana, y nos tuvo reforzando las ataduras y volviendo a colocar pesos en los faldones de los laterales, toda la noche.

Por suerte, con las primeras luces aflojó un poco y nos permitió desarmar el campamento un poco más tranquilos, sin tanto temor a que salieran volando las cosas.

Desayunados, emprendimos la trepada que nos tendría que sacar del río Blanco.

Sabíamos que era complicada, por lo floja e inclinada, tanto hacia arriba como de costado, hacia la vega.

En enero de este mismo año, la rotura de una homocinética nos había hecho desistir y volver a Guandacol.

Andamos con cuidado, ya que las vegas son engañosas y cuando están con bastante agua de lluvia, pueden transformarse en excelentes trampas para las camionetas.

El terreno sigue inclinado y blando o, a veces, muy pedregoso, así llegamos finalmente al puesto El Carnerito.

Desde el refugio El Carnerito, hasta el abra de los 4415 metros que nos pasa a la provincia de San Juan, el terreno es todo en trepadas, entre vegas y piedras, y algunos campos de piedras de tamaños considerables, que terminarían llevándose la vida de una cubierta de la camioneta de Pablo.

Cambiada la rueda por el team "amigos4x4", pasamos el abra y llegamos a la lagunita que en el mapa de Viajeros4x4 figura como Ttyt y que nosotros bautizamos Laguna Amigos4x4.

Dejamos atrás esta laguna y encaramos la última trepada antes de divisar la buscada Laguna Las Haycas.

Bajamos hasta la laguna y acomodamos las camionetas para las fotos y videos pertinentes.

Después del típico festejo del grupo, salimos trepado al oeste donde nos espera en el abra de los 4390 mt una hermosa postal que no imaginábamos.

Enfrente nuestro y en primerísimo plano el Glaciar El Potro.

En una travesía anterior, hace seis o siete años, fuimos por abajo a trepar y ver el glaciar, pero el acceso era bastante limitado y la perspectiva no nos dejaba apreciarlo bien, solo veíamos la lengua que cae por la ladera.

Ahora nos sorprendía con este primer plano que atesoramos con nuestras cámaras.

El descenso se hizo también atravesando mallines cargados con agua, pero que por suerte permitieron el paso de las camionetas.

Llegamos por fin a la ruta minera, que subiendo al norte, pasa por la estación meteorológica abandonada de Pucha Pucha, y buscando más al norte la salida a la RN76.

Inflamos las cubiertas para la ruta y nos dirigimos a Vinchina, rodeando la Laguna Brava, y disfrutando de la Quebrada de Santo Domingo y la Quebrada La Troya.

En Vinchina nos esperaba con una suculenta cena Amira Yoma, del Hospedaje Yoma.

Fue el broche de oro para diez días de travesías, tan intensas como gratificantes.