Paraje La Brea a campamento en Pampa de los Bayos 

Amanece en Paraje La Brea, nos reunimos para desayunar en el gazebo, aprovechamos el agua termal para lavarnos y levantamos campamento, rumbo al mirador 1 de Pampa de los Bayos, a 5300 metros, para intentar bajar por la bajada que Eduardo Cinícola hizo "obligado" en el 2010.

Las trepadas son de grandes pendientes y muy largas.

Ni bien dejamos La Brea, comienzan las fuertes trepadas. En la siguiente foto se aprecia atrás el salar de Antofalla y las camionetas, como insignificantes puntos en la huella, que vienen desplegando toda su potencia para encarar la subida que tienen por delante.

Siempre, con su imponente presencia dominando la zona, el volcán Peinado controla nuestros desplazamientos.
Siempre, con su imponente presencia dominando la zona, el volcán Peinado controla nuestros desplazamientos.
Nos detenemos unos segundos, y con la mirada al oeste, aparecen el Vallecitos y Los Colorados, y el abra que es la salida segura de Pampa de los Bayos
Nos detenemos unos segundos, y con la mirada al oeste, aparecen el Vallecitos y Los Colorados, y el abra que es la salida segura de Pampa de los Bayos
Arriba de los 4500 metros, son frecuentes los penitentes.
Arriba de los 4500 metros, son frecuentes los penitentes.

A medida que nos acercamos al mirador por detrás del Vallecitos, se ven nubes amenazantes provenientes del pacífico.

La vista desde los 5300 metros nos hace pensar en paisajes surrealistas, no propios de este planeta.

Nos agrupamos para las fotos, y como siempre, a Lucas, la altura lo "pone de cabeza".

Hay lugares como estos, que nos sensibilizan, nos ponen permeables a que las emociones, los sentimientos, afloren sin barreras, sin prejuicios, y son esos lugares donde se refuerzan los lazos de amistad en los grupos.
Hay lugares como estos, que nos sensibilizan, nos ponen permeables a que las emociones, los sentimientos, afloren sin barreras, sin prejuicios, y son esos lugares donde se refuerzan los lazos de amistad en los grupos.

Nos tomamos un respiro para solucionar un problema en la Chero, con las fuertes sacudidas (recuerden que viaja con los dos amortiguadores traseros destruidos desde que cruzamos el Galán), la batería se soltó del soporte y se apoyó contra la polea de la dirección hidráulica. Como resultado de esto se perforó la caja y un vaso perdió todo el ácido desparramándolo por todo el motor.

Por suerte, la batería con los 10 voltios de tensión acumulada y el alternador cargando 14 V, sigue manteniendo a la Chero en carrera y permitiéndole arrancar sola, sin utilizar los cables puentes.

 

Mientras, aprovechamos a retratar de alguna manera, tanta belleza salvaje.
Mientras, aprovechamos a retratar de alguna manera, tanta belleza salvaje.

Al fondo de la imagen se ve la plataforma de Toba Volcánica, hasta ahí debemos bajar.

La posible bajada que tendríamos que encarar.
La posible bajada que tendríamos que encarar.

Bien amarrada la batería y con la sesión de fotos concluida, nos dirigimos a la bajada que Eduardo usó en el 2010, forzado por el horario y otros intentos frustrados,  para intentar entrar por ella a la Pampa de los Bayos.

En la siguiente foto, empezamos el descenso.

A medida que íbamos bajando, tratábamos de encontrar las mejores opciones, algo que Eduardo Cinícola no tuvo oportunidad de hacer, ya que lo bajaron prácticamente de noche.

Por fin llegamos a una primer parte de la bajada, donde nos reagrupamos y nos preparamos para seguir bajando en busca de la pampa.

A medida que continuamos bajando, los paisajes no dejan de sorprendernos, empiezan a aparecer las grandes formaciones de piedras tobas, que "caladas" caprichosamente por el viento y el agua, durante miles de años, forman grandes avenidas por las que podemos andar hasta que algún derrumbe nos corta el paso, llevándonos a otro surco o grieta con innumerables formas nuevas, que alimentan nuestra imaginación de figuras interminables.

El terraplén de piedra Toba y los surcos como avenidas para transitar.
El terraplén de piedra Toba y los surcos como avenidas para transitar.
Por momentos un piso por demás hostil para nuestros neumáticos. Lo que nos hacía estar inflados.
Por momentos un piso por demás hostil para nuestros neumáticos. Lo que nos hacía estar inflados.

Seguimos recorriendo esas galerías interminables de formas hasta finalmente llegar al mismísimo corazón de Pampa de los Bayos. Esa enorme pampa de arena volcánica encerrada por siglos dentro del anillo de volcanes que cierra esta única e increíble forma geográfica.

La idea ahora era buscar algún lugar dentro de la altura más baja para que pudiéramos con algún reparo armar el campamento.

Comimos unos riquísimos fideos cuatro quesos y nos fuimos a dormir, con la necesidad de un buen descanso para encarar al otro día la XX74 e intentar salir por ella de Pampa de los Bayos.

 

 

  Amigos4x4offroad