En busca de una nueva entrada a Pampa de los Bayos. Llegada a las Lagunas del Peinado. Catamarca.

Se avecina semana santa en Argentina y con un grupo de Amigos4x4 nos embarcamos en una expedición que nos permitirá entrar a Pampa de los Bayos, por una grieta por la que ya en el 2018 intentamos salir, pero que en ese momento, los penitentes nos impidieron seguir avanzando. Según nuestras mediciones en los mapas, parecía que sólo nos faltaban recorrer unos 900 metros más y lo lograríamos.

Así que se programó una travesía que trataría de completar esos 900 metros y unirlos con el punto al cual habíamos llegado en las Pascuas del 2021, acercándonos desde el campo de ignimbritas, junto a las Lagunas del Peinado. 

Sabemos que a mediados de abril, el cima promete temperaturas de varios grados bajo cero, pero eso no desalentó a nadie, y munidos de bastante ropa térmica y demás pertrechos, nos reunimos en Fiambalá el 9 de abril, para iniciar a la mañana siguiente la primer parte de la travesía.

El grupo ésta vez estaba conformado por:

Guille, Marcela y Tadeo------------Ranger

Jorge y Elena----------------------------Amarok

Kiko y Myriam---------------------------Hilux

Tony, Sandra y Maguie--------------Hilux

Pablo y Andrea--------------------------Hilux

Nos sorprende Fiambalá con dos nuevas y hermosas estatuas a la entrada de la ciudad.
Nos sorprende Fiambalá con dos nuevas y hermosas estatuas a la entrada de la ciudad.

Por la mañana, muy temprano, salimos a las 6.00 am y emprendemos ruta hacia el pueblo de Las Papas, para después de vadear reiteradamente el río homónimo, trepar la cordillera de San Buenaventura y por el Portezuelo de San Buenaventura, llegar desde el este del volcán Peinado a las lagunas, donde acamparíamos ese día.

Sabemos que son doscientos kilómetros de pura travesía, pero el salir bien temprano, nos permitiría llegar en buen horario a las Lagunas del Peinado para armar el campamento con luz de día y resguardados por el calorcito del sol.

Los primeros vadeos, ya nos agarran con luz de día.
Los primeros vadeos, ya nos agarran con luz de día.

Con un muy buen horario, iniciamos el ascenso de la cordillera de San Buenaventura, dejando abajo al pueblo de Las Papas.

Después de bajar San Buenaventura, nos dirijimos por los campos de arena hacia la caldera del Cerro Blanco, donde giraríamos al oeste para encarar el Portezuelo de San Buenaventura y bajar al salar y laguna Purulla.

Una bajada interminable al salar de Purulla, con un terreno por momentos bastante flojo, que nos hacía pensar en lo complicado que sería si lo intentáramos subir.

La gran bajada
La gran bajada
Un zorro nos observa inmutable por el paso de las camionetas.
Un zorro nos observa inmutable por el paso de las camionetas.

Dejamos el salar y laguna de Purulla y nos dirigimos al oeste, para buscar el abra que nos dejara frente a los dominios del volcán Peinado, el cual nos vigilaría con su presencia los próximos días, fuéramos a donde fuéramos.

La camioneta de Tony posando con inmejorable marco de fondo
La camioneta de Tony posando con inmejorable marco de fondo
Ya aparecen las Lagunas del Peinado, estaríamos cerca de armar campamento, pero todavía debíamos pasar el escorial y la ciénaga.
Ya aparecen las Lagunas del Peinado, estaríamos cerca de armar campamento, pero todavía debíamos pasar el escorial y la ciénaga.

Gracias a que salimos bien temprano y las camionetas no tuvieron ningún inconveniente, llegamos en muy buena hora para armar el campamento y planear una cena calentita, que a medida que el sol comenzó a ocultarse, dejó lugar a unas muy bajas temperaturas que conspirarían con el buen dormir del grupo.

Para el siguiente día, el plan era salir a buscar una nueva entrada a Pampa de los Bayos, buscaríamos una grieta a la que en el 2018 habíamos llegado desde adentro y que por un bloqueo de penitentes no pudimos seguir transitando y que en el 2020 estuvimos frente a ella y desde dónde probaríamos al día siguiente. A escasos novecientos metros, algo que parecía tan cerca, pero que en esos escarpados terrenos llenos de piedras, podrían ser extremadamente largos o imposibles de flanquear.